miércoles, 11 de noviembre de 2015

LA ORIENTACION EDUCATIVA COMO DISCIPLINA CIENTÍFICA.

Puede definirse la Orientación Educativa como el conjunto de conocimientos, teorías y principios de los procesos psicopedagógicos que fundamentan la planificación, el diseño, la aplicación y la evaluación de las intervenciones psicopedagógicas, dirigidas al desarrollo y al cambio optimizante del individuo a lo largo de su vida en los ámbitos cognitivos, profesionales, emocionales, sociales y morales, así como la potenciación de sus contextos educativos, comunitarios y organizacionales.

La ciencia, por otro lado (del latín scientĭa conocimiento’) es el conjunto ordenado de conocimientos estructurados sistemáticamente. Se puede decir, que la ciencia es el conocimiento que se obtiene mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico.

La ciencia considera y tiene como fundamento distintos hechos, que deben ser objetivos y observables. Estos hechos observados se organizan por medio de diferentes métodos y técnicas, (modelos y teorías) con el fin de generar nuevos conocimientos. Para ello hay que establecer previamente unos criterios de verdad y asegurar la corrección permanente de las observaciones y resultados, estableciendo un método de investigación. La aplicación de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de nuevos conocimientos objetivos en forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos observables pasados, presentes y futuros. Con frecuencia esas predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.

El conocimiento científico de la Orientación Educativa se genera, de una parte, atribuyendo la primacía a los sentidos y a los criterios de validación como fuente de conocimientos, pero el criterio de verdad también puede radicar en la interpretación intersubjetiva. Así podemos encontrar diferencias en el papel de la teoría, en el del lenguaje, en la consideración del contexto o, en definitiva, en la forma de abordar el progreso del conocimiento científico y su justificación dentro de nuestra disciplina. Por tanto, la integración de ambos enfoques, analítico-experimental e interpretativa, dentro del proceso de investigación, contribuirá a dar respuesta a problemas de diversa índole, en los que puede ser necesario tanto el proceso de explicación como el de comprensión del problema estudiado.

Respecto al alcance científico de la Orientación Educativa, desde la perspectiva analítica-experimental cabría decir que su objeto de estudio reside en la comprobación de la eficacia de las teorías psicopedagógicas, que provocan cambios observables positivos en el cliente/s y en sus contextos, apreciando su efectividad a través de su evaluación cuantitativa. En este enfoque, los conocimientos de nuestra disciplina siempre deben ser acumulativos.

Por otra parte, la metodología interpretativa se configura como un campo interdisciplinar con el denominador común de la perspectiva naturalista y el énfasis en la comprensión interpretativa de la experiencia humana. Ahora bien, dentro de la perspectiva interpretativa existen diversos enfoques teóricos y metodologías. De entre las escuelas que han abordado el estudio de los significados e interpretaciones de las acciones humanas destacan el interaccionismo simbólico, la sociología fenomenológica y la etnometodología.

Sin duda que las Ciencias de la Educación, para resolver sus problemas, tanto desde el punto de vista práctico como desde el teórico, necesitan a otras ciencias afines. Después de desligarse, tras un largo proceso de emancipación, de la Teología y la Filosofía, ahora han de mantener su idiosincrasia ante las Ciencias Sociales. Es cierto que cada vez se perfilan más sus relaciones de influencias mutuas, hablándose de ciencias afines. Estas influencias pueden verse desde diversos prismas, pero siempre respetando la autonomía de cada uno de estos campos científicos.

Se aprecia, en primer lugar, que se trata de una actividad procesual, que parte de un sujeto o grupo y se dirige a otro sujeto o grupo, con el fin de mejorar el sujeto-objeto del proceso. Aparece, por tanto, el aspecto de la finalidad que toda educación debe pretender. La educación no es una actividad cualquiera sino aquella que implica mejora, perfeccionamiento, desarrollo completo del ser humano. Aquí se sitúa la primera dimensión de la educación, la teleológica. En segundo lugar, la educación es específica del ser humano y sólo se realiza en él. El sujeto del proceso educativo es el hombre, con todos los condicionantes que le son propios: biológicos, psicológicos, sociológicos y económicos. De aquí se deriva la otra gran dimensión de la educación: la antropológica.

Por otra parte, la educación presenta una dimensión temporal-espacial, dado que el hecho educativo acaece en un tiempo y en un espacio. La educación es un proceso diacrónico, que tiene un pasado y un presente, y se proyecta hacia un futuro. Además es una realidad que ocurre en un lugar determinado y que puede confrontarse con la realidad educativa que se manifiesta en otro lugar. Por último, el fenómeno educativo tiene una dimensión metodológica, bien de carácter cuantitativo, en tanto que puede ser objeto de verificación empírica y de medida, o bien de carácter cualitativo, en tanto que la educación es un fenómeno social y como tal es significativa, es decir, tiene un significado para los seres humanos que la realizan; por esta razón es necesario e indispensable para los individuos en general que la educación valla a la par con los avances científicos y tecnológicos, para así brindar una mejor calidad cognitiva.

En consecuencia, se considera que el conocimiento científico de la Orientación Educativa se genera, de una parte, atribuyendo la primacía a los sentidos y a los criterios de validación como fuente de conocimientos, pero también se estima que el criterio de verdad pueda radicar en la interpretación intersubjetiva. Así podemos encontrar diferencias en el papel de la teoría, en el del lenguaje, en la consideración del contexto o, en definitiva, en la forma de abordar el progreso del conocimiento científico y su justificación dentro de nuestra disciplina.

  Pero, sin ninguna duda, las terminologías más estrechamente se relacionan con la Orientación Educativa son: la Didáctica y la Psicología de la Educación. Las tres son disciplinas teórico-aplicativas que comparten el objetivo común de estudiar las teorías y principios de los procesos educativos, diseñar las intervenciones que conducen a la modificación del sujeto y de sus contextos, con un sentido de mejora, y promover las investigaciones que hagan avanzar el corpus de sus conocimientos. En cuanto a la definición de Didáctica, término poco usual en la literatura anglosajona, en la que se emplean más “Teoría del Currículo” o “Teoría de la Enseñanza”, se la entiende como “el arte o la ciencia de la enseñanza”.

En la Didáctica, sin embargo, se pone el énfasis en el aprendizaje intelectual del alumno, alrededor del cual giran las funciones instructivas. Ahora bien, no se considera que la Didáctica se ocupe de cualquier aprendizaje, sino de fomentar un aprendizaje de orden intelectual que se integra en la personalidad como una cualidad que le capacita para ir adquiriendo nuevos aprendizajes. No se refiere la Didáctica solamente a la asimilación de la cultura, sino a una incorporación “significativa” que va a modelar la personalidad del que aprende. Sólo así se comprende que la Didáctica posibilite al hombre para su incorporación creadora a la cultura.

En conclusión, la Didáctica pone el énfasis en el aprendizaje intelectual, mientras que la Orientación Educativa lo pone en el aprendizaje afectivo, entendido como todo aprendizaje que no es intelectual y que, por tanto, incorpora el aprendizaje psicomotor, emocional, social y moral.

DEFINICIONES POR PARTE DE DIVERSOS AUTORES.

Rodríguez Espinar 1993, asumiendo el carácter educativo y tecnológico de la intervención orientadora, aborda su conceptualización desde diversas perspectivas. Aquí sólo se hace referencia a su concepto como disciplina científica:

 El conjunto de conocimientos que permiten la aplicación tecnológica en el ámbito educativo de una serie de principios teóricos que facilitan el diseño, ejecución y evaluación de programas de intervención dirigidos a la producción de los cambios necesarios en el alumno y en su contexto, a fin de que aquel logre su plena autonomía y realización, tanto en su dimensión personal como social, (p. 30).

  Por su parte, Alonso Tapia 1995,  presenta la siguiente definición:

 Proceso recurrente y sistemático a través del que se describen y analizan, a distintos niveles de generalidad, los modos de funcionamiento de una comunidad educativa concreta y de ésta como sistema organizado con fines propios, con el objeto inmediato de detectar las ayudas precisas para favorecer el desarrollo de las capacidades y competencias de los alumnos, y a través del que se planifica y se facilita la puesta en práctica de propuestas de actuación encaminadas a facilitar tales ayudas desde el contexto de la propia actividad escolar, todo ello desde los modelos y principios teóricos proporcionados por la Pedagogía y la Psicología, con el fin último de ayudar a la institución a optimizar los esfuerzos que realiza para conseguir sus finalidades propias, (p. 363).

   En cuanto a Vélaz de Medrano 1998, la define como el:

Conjunto de conocimientos, metodologías y principios teóricos que fundamentan la planificación, diseños, aplicación y evaluación de la intervención psicopedagógica preventiva, comprensiva, sistemática y continuada que se dirige a las personas, instituciones y al contexto comunitario, con el objetivo de facilitar y promover el desarrollo integral de los sujetos a lo largo de las distintas etapas de su vida, con la implicación de los diferentes agentes educativos (orientadores, tutores, profesores, familias) y sociales, (P. 37 Y 38)..

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA FILOSÓFICA Y SUS APORTES AL CAMPO DE LA ORIENTACIÓN DE LOS ENFOQUES DIRECTIVOS, NO DIRECTIVOS Y COGNITIVO-CONDUCTUAL.

La orientación educativa no es un acto puntual, sino un proceso a lo largo del cual puede intervenir una diversidad de agentes. Centrada en el sistema educativo, la orientación educativa debe ser considerada como parte integrante del proceso docente, con lo cual implica a todos los educadores (Bautista, 1992).  Aun siendo un proceso de ayuda, se plantea como última finalidad que el individuo sea capaz de proporcionarse autoayuda, es decir auto orientación. La Orientación Educativa va dirigida a todas las personas y no sólo a los casos problemáticos ni a los que piden ayuda. Esto implica que debe incluir a todo el alumnado y no sólo a los que tienen necesidades educativas especiales o se encuentran en una fase de transición (Álvarez Rojo, 1994).

La Orientación Educativa busca prevenir el fracaso escolar, el estrés, el consumo de drogas, accidentes, y problemas emocionales etc. también el concepto de desarrollo integral del individuo se entiende en un sentido amplio, pudiéndose expresar como desarrollo personal y social en el que se incluye el desarrollo de la carrera, de las estrategias de aprendizaje, de las habilidades de vida, de la salud, de habilidades sociales, etc. La Orientación Educativa también se define como: asesoría psicopedagógica es un proceso de ayuda que te brindan los orientadores educativos, a través del cual conoces aspectos sobre ti mismo, mejoras tus relaciones interpersonales, aprendes comportamientos y estrategias que preparan tu desarrollo personal, académico y profesional mediante la elaboración de tu proyecto de vida y la toma de decisiones (Bisquerra, 2002).

Existen diferentes criterios a partir de los cuales se han realizado distintas clasificaciones de los enfoques en orientación educativa. Se han realizado clasificaciones en función del período histórico donde se desarrollaron cada enfoque de intervención, en función de la teoría o escuela psicológica que lo sustenta, en función de la relación que mantienen entre sí los agentes de la orientación (orientador, demandante de la orientación, tipo de Orientación: Directiva o No Directiva y contexto social), en función del tipo de intervención, etc. Ciertos autores han recurrido a más de un criterio para ofrecer una clasificación de los Enfoques en Orientación Educativa (Álvarez y Bisquerra, 1996).

ü  Enfoque directivos

Esta orientación Directiva, es la cual se refiere precisamente a un procedimiento a través del cual se facilita al individuo una alternativa para hacer catarsis, liberar tensión y aligerar el peso de la toma de decisiones apoyándose en una tercera persona cuya labor se centra en escuchar y orientar el monólogo, lo que hace que la decisión sea tomada exclusivamente por el interesado (Bautista, 1992).

La Orientación directiva es una forma de orientación, dado que se enfoca a solucionar deficiencias de comportamiento, aunque en este caso, aquellas relacionadas con el desempeño académico y social, son también una forma de educación, ya que permite al individuo aprender acerca de sí mismo y de cómo mejorar su desempeño.

El enfoque directivo es a su vez, un procedimiento a través del cual el orientado habla libremente durante la sesión, mientras el orientador escucha, eventualmente dirigiendo el monólogo hacia ciertos tópicos a través de diversas técnicas de entrevista, como son; las preguntas directas, los silencios, etc. aunque debe quedar perfectamente claro que el monólogo nunca deberá llegar a explorar aspectos que pudieran amenazar al yo, manteniéndose alejado de cualquier contenido subconsciente o inconsciente, el tema del monólogo deberá ser siempre la experiencia real, reciente y relacionada con la vida cotidiana (Bisquerra, 2002).

El orientador directivo de esta manera eventualmente interviene resumiendo aquellos factores de la conducta del interesado, que ameritan una atención especial, analizando conjuntamente sus causas y las acciones a desarrollar para superar dicha situación, inclusive definiendo los parámetros a través de los cuales el orientado podrá ir evaluando su evolución. Es importante no olvidar que el interesado es quien descubrirá sus conductas inadecuadas, las causas y las posibles soluciones, el orientador se limita a señalar sutilmente los rumbos a seguir (Bisquerra, 2002).

ü  Enfoques no directivos o humanista

Esta orientación considera que el Orientador no debe desempeñarse como reformador, como ente que cambia, diagnóstica y valora unilateralmente la conducta, el comportamiento, las necesidades y los objetivos del individuo, sino que debe conducirse, en todo momento, como promotor y facilitador de todas aquellas condiciones que puedan a su vez influir en la expresión de las potencialidades y capacidades de autodeterminación de los sujetos, tanto en lo individual como en el contexto social.

El objetivo del modelo No Directivo es la mejor adaptación del individuo a las exigencias de su situación vital. La Orientación no Directiva promueve el rompimiento definitivo con una actitud de desconfianza en las posibilidades con que cuenta el ser humano para su desarrollo, liberándolo de las restricciones que respecto a ello puedan imponerle determinados programas de enseñanza-aprendizaje que, de manera inflexible, puedan asignarle desde afuera y que lo único que sirven, a decir de Rogers, es para ser dependiente al sujeto (Orientado) y pedirle el movimiento evolutivo de su autocontrol, creándole barreras e inhibiciones de múltiples tipos, que atentan todas ellas, contra el aprendizaje eficiente y la adquisición de conocimientos adecuados que fortalezcan y fomenten su estabilidad emocional.

El enfoque o estilo no directivo puede resultar un modelo idóneo, hasta cierto punto, en lo referente a la facilitación del aprendizaje y la educación capacitiva, no debe olvidarse, igualmente, que nunca van a existir grupos de sujetos apoderándose de un conocimiento determinado por si solos y que tampoco habrán orientadores enseñando a objetos-sujetos que no sean los primeros, aunque ello no significa que éstos últimos hayan de oponerse a sus intereses, deseos o necesidades (Rogers, 1996). Este modelo de Orientación No Directiva tuvo raíz con el Enfoque Humanista en el cual han intentado formular teorías de naturaleza humana que se basan en atributos humanos y problemas de existencia característicos ocasionados por la condición de ser humanos.

El enfoque humanista se relaciona con las concepciones filosóficas que colocan al ser humano como centro de su interés. El enfoque humanista resalta la dignidad del ser humano, aunque interpretada de distinto modo en las diferentes formas de humanismo (cristiano, socialista, existencialista, científico, etc.). Para Carl Rogers el cual es uno de los máximos representantes del Enfoque Humanista, enfatizó estar convencido de que cualquier organismo vivo y por supuesto también el hombre está dotado de una tendencia de actualización. La tendencia de actualización se caracteriza por una aspiración en la dirección de metas tales como satisfacción de las necesidades, desarrollo corporal y espiritual en el campo de tensión entre autonomía y adaptación, para Rogers toda elección realizada por los Seres Humanos es expresión de la búsqueda de autorrealización, de desarrollo total (Hernández, 1998).

Desde el enfoque humanista el cambio de conducta se concibe como una actualización personal; percibir a los seres humanos no solo como entidades cognitivas, sino personas con afectos, emociones, sensaciones, sentimientos, retomando en un todo la personalidad total del individuo, una personalidad que desarrolla el ser desde que nace, y que en la edad escolar se ve fuertemente influida por el ambiente educativo; es un momento donde se deben formar individuos en la toma de decisiones dentro de ámbitos donde prevalezcan los derechos de la persona, y donde lo justo y lo injusto, como dogma se cuestione, es reeducar la autoestima desde un clima humanista dentro del aula, participando como docentes en la formación del autoconocimiento del niño, promoviendo esa tendencia de actualización que en todo ser humano puede ser desarrollado, estos propósitos son base para una educación emocional bajo el enfoque humanista.

Otro exponente reconocido Enfoque Humanista es A. Maslow (1972), el cual dedujo a través de sus investigaciones que la persona progresa al ir superando una serie de necesidades ordenadas jerárquicamente de mayor a menor importancia biológica y de menor a mayor importancia psicológica (la pirámide de Maslow) (Hernández, 1998). El hombre se realiza cuando sus necesidades prioritarias llegan a ser las de autorrealización (como son la contemplación de la belleza, la búsqueda de la verdad y el encuentro religioso).

ü  Enfoque cognitivo-conductual

La Orientación Educativa desde el Enfoque Cognitivo-Conductual es un modelo de tratamiento psicoeducativo, a corto plazo, activo, directivo, estructurado y dinámico que plantea una nueva manera de conceptuar la orientación, de cómo los diversos factores en los que se desenvuelve el individuo interactúan para dar paso a un estilo de vida (Heman, 2005).

De acuerdo con el punto de vista cognoscitivistas, el cambio en la conducta que los conductistas estrictos llaman aprendizaje, es sólo un reflejo del cambio interno. Así que, a diferencia de los conductistas, los psicólogos cognoscitivistas que estudian el aprendizaje están interesados en factores no observables como el conocimiento, el significado, la intención, el sentimiento, la creatividad, las expectativas y los pensamientos (Pozo, 1989).

El enfoque cognitivista es una escuela de la psicología que se encarga del estudio de la cognición, es decir, los procesos mentales implicados en el conocimiento. Tiene como objeto de estudio los mecanismos básicos y profundos por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje, hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico. Por cognitivo entendemos el acto de conocimiento, en sus acciones de almacenar, recuperar, reconocer, comprender, organizar y usar la información recibida a través de los sentidos (Pozo, 1996).

El Enfoque Cognitivista es el procedimiento para identificar y modificar estos “Procesos Cognitivos” con el objetivo de modificar sus repercusiones sobre las conductas y sobre las emociones. La modificación tiene sentido clínico cuando los pensamientos, la conducta o las emociones son disfuncionales y reflejan la presencia de un trastorno mental o cuando dificultan la adaptación de la persona a los requerimientos de su vida diaria afectiva, relacional, intelectual.

El enfoque Cognitivista postula que la conducta y sus consecuencias está determinada por la manera como la persona entiende, interpreta y estructura el mundo basándose en actitudes y supuestos propios que ha ido desarrollando a partir de sus experiencias y aprendizajes anteriores (Pozo, 1996). Estos procesos de evaluación son universales, los realizamos todas las personas, pero el significado finalmente atribuido a cada condición ambiental o experiencia es particular de cada individuo.

Para el enfoque conductista, el aprendizaje es la piedra angular de su teoría y lo define como un cambio en la conducta, en la forma cómo actúa una persona ante una situación particular (Egan, 1981). Teóricos como J. B. Watson, E. L. Thorndike y B. F. Skinner son considerados psicólogos conductistas porque se han dedicado, casi en forma exclusiva, al estudio de las conductas observables y los cambios conductuales.

El conductismo establece que el aprendizaje es un cambio en la forma de comportamiento en función a los cambios del entorno. Según esta teoría, el aprendizaje es el resultado de la asociación de estímulos y respuestas (Egan, 1981).

La Orientación en el enfoque Cognitiva-Conductual es un proceso de resolución de problemas basado en una experiencia de aprendizaje. El orientado, con la ayuda y colaboración del orientador, aprende a descubrir y modificar las distorsiones cognitivas e ideas disfuncionales. La meta inmediata, denominada en el enfoque Cognitivo-Conductual es la " orientación a corto plazo" la cual consiste en modificar la predisposición sistemática del pensamiento a producir ciertos sesgos cognitivos (distorsiones cognitivas). La meta final, denominada " Orientación a largo plazo" consiste en modificar los supuestos cognitivos subyacentes que harían vulnerable al individuo.

El asesoramiento bajo el enfoque Cognitivo-Conductual postula que las emociones y conductas de las personas están influidas por su percepción de los eventos. No es una situación en y por sí misma la que determina lo que una persona siente, sino más bien la forma en que ella interpreta la situación (Ellis, 1980). La Orientación Cognitivo-Conductual destaca que lo que las personas piensan y perciben sobre sí mismos, su mundo y el futuro es relevante e importante y tiene efecto directo en cómo se sienten y actúan (Ellis, 2000).

La orientación Cognitivo-Conductual considera que las personas nacemos con una herencia y un determinado temperamento, con los cuales comienza a interactuar con su entorno, aprendiendo pautas de comportamiento, tanto beneficiosas como perjudiciales para sí mismo y/ o para los demás. El término conducta se entiende en un sentido amplio, abarcando conductas visibles, así como pensamientos, sentimientos y emociones (Ellis, 1980). El enfoque cognitivo-conductual investiga cómo aprendemos, es decir los principios que explican el aprendizaje, tanto de comportamientos deseables como perjudiciales. El qué aprendemos, es algo que depende de la constitución genética y, fundamentalmente, de las experiencias de vidas particulares e intransferibles de cada persona (Heman, 2005).

APORTES AL CAMPO DE LA ORIENTACIÓN DE LOS ENFOQUES: CONSTRUCTIVISTA Y EXISTENCIALISTA.

El enfoque Constructivista concibe que las personas son consideradas como procesadores de información y creadores de estructuras cognitivas, constituye la integración de diversos enfoques, donde se resaltan las aportaciones de: Piaget, Ausubel, Brunner, Vygotski, Bandura, Gagné, la teoría del procesamiento de la información y otros aportes como los de las relaciones interpersonales de Heider, la disonancia cognoscitiva de Festinger y la atribución causal de Weiner. Lo que distingue este enfoque es su carácter integrador y su orientación hacia la educación.

Su finalidad es configurar un esquema de conjunto para analizar, explicar y comprender la educación, para hacerlo se nutre de otras disciplinas no estrictamente psicológicas, como la didáctica, la sociología, la orientación o la educación especial. Tiene sus aplicaciones este enfoque constructivista en la orientación en los procesos de enseñanza aprendizaje, en la atención a la diversidad (educación especial) y en el modelo de consulta, donde existe el compromiso de todos los agentes.

El Enfoque Existencialista se deriva de la aplicación de la filosofía de Paúl Sartre y sus discípulos en el campo de la psicología y la psicoterapia. Entre sus supuestos sostiene que el hombre comparte diferentes modos de existencia y por lo tanto enfrenta significados que complican su vida; el análisis existencial explora cómo y por qué cambia el sistema de significados que integran el mundo del individuo. Sobre estas bases el existencialismo aporta a la Orientación: la realidad más significativa para el individuo en su propia existencia inmediata, su necesidad fundamental es existir y ser reconocido como una persona valiosa, el énfasis está en la experiencia inmediata del conocimiento interno, el hombre existe en un mundo de elecciones, no solamente se le da el derecho a la elección, sino la responsabilidad de llegar a ser lo que su potencialidades le indican.

Estos aportes proveen importancia a la Orientación al permitir en el orientador la participación con su orientado en su existencia, compartiendo su significado e involucrarse profundamente. La inclusión de los aportes del existencialismo y la fenomenología; nuevas orientaciones y procedimientos psicoterapéuticos; nuevos tópicos de investigación: como el cambio, el crecimiento, la salud, la auto-percepción, los valores, la creatividad, el amor, el sentido de la vida y de la misma muerte; principios teóricos, como el significado, la libertad, la intencionalidad, la auto-realización y otros; y todo ello dentro de una marco teórico y epistémico más comprehensivo y enraizado en una nueva y sofisticada filosofía y teoría de la ciencia (paradigma sistémico), y respaldado por una rigurosa y original metodología de la investigación (métodos cualitativos) más fiel y sensible a las características peculiares que mejor distinguen a los seres humanos.

Y, en una visión más amplia y comprehensiva, pudiéramos decir que el movimiento humanista ha ido logrando a nivel mundial una serie de "frutos" de amplísima repercusión, tanto a nivel de derechos humanos, del niño, de la mujer, como a nivel de acuerdos políticos, de desarme, de comercio y reducción del colonialismo, entre otros. El existencialismo, cuya base ideológica se asienta en la corriente anterior, muestra sus antecedentes en los trabajos de S. Kierkegaard (existencialismo moderno) aunque se considera a M. Heidegger como su fundador; y se le atribuye la introducción del término a F. Heinemann.

No obstante pertenecer, como movimiento filosófico y literario, a los siglos XIX y XX, se pueden encontrar sus huellas preliminares en el pensamiento de la antigüedad. Sus ideas reverdecieron después de la Primera Guerra Mundial en Alemania que es cuando se trata de argumentar que el hombre está amenazado en su individualidad, en su realidad concreta y por ello se hace mucho énfasis en la soledad del individuo, en lo imposible o difícil que resulta para él encontrar la verdad por medio de una decisión intelectual, y en el carácter personal y subjetivo de la vida humana; luego en Francia, y más tarde, después de la Segunda Guerra, se diseminó en varios países, entre ellos, en los Estados Unidos, como un intento de crear una nueva concepción del mundo a partir de los estados de ánimos de la intelectualidad burguesa, lo cual la hacía en cierta medida irracional.

Esta tendencia filosófica declara que la manera real de conocer el mundo, en la existencia, es la intuición, concepto malinterpretado de la fenomenología. Su postulado básico expresa que el hombre no es una esencia sino una existencia; por lo tanto, debe definirla y construirla cada día como parte de su enfrentamiento a las circunstancias que lo rodean. En esos predios, Kierkegaard, resucitado a partir de sus ideas antihumanistas por la ideología subversiva, reaccionó contra el idealismo absoluto sistemático de Hegel, en cuya esencia se afirmaba haber encontrado un entendimiento racional total de la humanidad y de la historia, insistiendo en que el bien más elevado para el individuo era encontrar su propia y única vocación; por ello la respuesta individual a esa situación tenía que ser la de vivir una existencia comprometida por completo, y este compromiso sólo podía ser entendido por el individuo que lo asume.

Heiddeger, al igual que Kierkegaard, se enfrentó a la idea de fundamentar la filosofía existencialista sobre una base conclusiva racionalista como la fenomenología de E. Husserl; y defendió la incomprensibilidad e indiferencia del mundo para la sociedad. De ese modo el hombre no era capaz de comprender las razones de su permanencia en él.

Cada individuo debía elegir una meta y seguirla con apasionada convicción, consciente de la certidumbre de la muerte y del sin sentido último de la vida propia. Su "humanismo" pone el destino del hombre en manos de una instancia superior y suprahumana; está implícita una transformación existencial, histórico-ontológica que permita pasar de la humanidad "técnica" a un modo libre de ser en el mundo. Heiddeger contribuyó con su pensamiento existencialista a poner el énfasis en el ser y la ontología tanto como en el lenguaje, y trató de aportar, aún como seguidor de E. Husserl, una fenomenología a partir de las siguientes premisas: La fenomenología debe poner de manifiesto qué hay oculto en la experiencia común diaria.

Describió lo que llamaba la ‘estructura de la cotidianidad’, o ‘ser en el mundo’, que él pensó que era un sistema interrelacionado de aptitudes, papeles sociales, proyectos e intenciones. El individuo, y, por extensión el ser humano, es lo que uno hace en el mundo, pues una reducción fenomenológica a la experiencia privada es imposible. Como la acción humana se compone de un dominio directo de los objetos, no es necesario situar una entidad especial mental, llamada significado, para explicar la intencionalidad. La situación, en el momento de realizar proyectos, es un tipo de intencionalidad más trascendente y fundamentadora que la manifestada sólo con mirar o pensar sobre los objetos, y esta intencionalidad más fundamental es la que hace posible la direccionalidad desde el saber científico.

El filósofo y escritor francés Jean Paul Sartre, considerado como el refundador de esa doctrina (existencialismo ateo), si bien estuvo influenciado por sus predecesores y por el método de psicoanálisis de S. Freud; trató en lo ideológico de argumentar el existencialismo desde posiciones de la filosofía marxista, lo cual fue una ilusoria tentativa. Fue el primero en generalizar el término existencialismo. Su filosofía es explícitamente atea y pesimista caracterizándose porque: Trató de adaptar la fenomenología de Heidegger a la filosofía de la conciencia, retomando de ese modo, las enseñanzas de Husserl. Coincidió con éste último en que el conocimiento está siempre orientado hacia los objetos, pero lo criticó aduciendo que tal direccionalidad es posible sólo por medio de entidades mentales peculiares llamadas significados. Los seres humanos son puros, aislados y con una conciencia libre.

Al mundo objetivo se contrapone la actividad humana, que es libre, pues no depende de las leyes objetivas. Recalcó el papel de un cuerpo activo y comprometido en todo el conocimiento humano, y por esta vía amplió las nociones de Heidegger destinadas a incluir en la fenomenología el análisis de la percepción. En conclusión, pese a diferencias formales entre estos filósofos, el existencialismo presenta las siguientes regularidades: Declara que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, la existencia de los hombres es "pasión inútil". Se insiste en que el existencialismo es una forma de "humanismo" y resalta la libertad, elección y responsabilidad humana. En algunos casos se intenta reconciliar sus conceptos con el análisis marxista de la sociedad y de la historia. Se hace énfasis en que el bien más elevado para el individuo es encontrar su propia y única vocación.

El ser humano ha de elegir el camino propio sin la ayuda de modelos universales, objetivos. Contrario a la idea tradicional de que la elección moral implica un juicio objetivo sobre el bien y el mal, los existencialistas han afirmado que no se puede encontrar ninguna base objetiva, racional, para defender las decisiones morales. Mantienen que los seres humanos no tienen una naturaleza inmutable, o esencia, como otros animales o plantas; cada cual hace elecciones que conforman su propia naturaleza.

Según la formulación de Jean Paul Sartre, la existencia precede a la esencia. La elección es, por lo tanto, fundamental en la existencia humana y es ineludible; incluso la negativa a elegir implica ya una elección. La libertad de elección conlleva compromiso y responsabilidad. Los existencialistas han mantenido que, como los individuos son libres de escoger su propio camino, tienen que aceptar el riesgo y la responsabilidad de seguir con su compromiso dondequiera que les lleve. Se opone a la interpretación de la existencia desde el punto de vista de las diversas formas del existencialismo.

Para Heidegger, por ejemplo, las posibilidades existenciales, en tanto tienen su referente en el pasado, expresa que sólo lo que ya ha sido elegido puede ser elegido. Para Sartre, las posibilidades que se ofrecen a la elección existencial son infinitas y equivalentes, y, por tanto, la elección entre ellas resulta indiferente. Otros, como N. Abbagnano, consideran que las posibilidades existenciales están limitadas por las circunstancias, pero que no determinan la elección ni la hacen indiferente. Sean cuales sean sus posiciones particulares, todos los existencialistas afirman, sin embargo, que la elección entre las distintas posibilidades implica riesgos, renuncia y limitación. Se introduce la vivencia personal en la reflexión filosófica.

Frente a la "tradición" de que el filósofo establece cierta distancia, como sujeto pensante, con el objeto; el existencialista se sumerge apasionadamente en su contemplación, hasta el punto de que su filosofía puede llegar a ser fundamentalmente una filosofía autobiográfica. Los temas sobre los que reflexiona el existencialista se mueven alrededor del hombre burgués y de su realidad (hombre, libertad, realidad individual, existencia cotidiana).

El hombre no es un mero objeto, sino un sujeto abierto al mundo que se crea a sí mismo. La libertad, no como libertad académica o como presupuesto del acto moral, es la que hace posible la elección y la realización del individuo; por eso cada ser humano hace elecciones que conforman su propia naturaleza. Se contempla la vida humana en términos de paradojas: la personalidad humana, que combina mente y cuerpo, es en sí misma paradoja y contradicción.

El hombre es un ser en situación y comprometido en su relación con el medio circundante. Su situación tiene límites inviolables los cuales no puede transgredir. Es, donde quiera y en el momento que esté, él mismo y nada más. Es un ser predeterminado sin posibilidades de cambiarse aunque lo hubiera querido o realmente lo quisiera. Su eje central ubica al hombre en una perspectiva vista desde sus posibilidades, su ser circundante, su individualidad, puesto que las otras tendencias de corte científico, se empeñan en descubrir más bien las probabilidades del ser humano con relación a la naturaleza.

El existencialismo no crea ninguna doctrina pedagógica integral aunque tuvo una influencia bastante profunda en el pensamiento pedagógico burgués. De hecho asume una posición de desconfianza hacia la pedagogía como ciencia pues niega la veracidad del conocimiento científico en general y de los individuos en particular. Por otra parte afirma que la personalidad se forma en el curso de actos selectivos realizados sin la intervención de agentes externos el maestro, negando el papel que desempeña en el proceso pedagógico, y de hecho suprime o reduce al mínimo todas las formas de trabajo colectivo.

ORIENTACIÓN EDUCATIVA

Es la denominación de una especialidad académica y ejercicio profesional de relativamente reciente creación, vinculada a la psicopedagogía. En el sistema educativo español, existe un Departamento de Orientación en cada Instituto de Educación Secundaria, dirigido por un orientador y al que se adscribe el profesorado de los denominados programas de diversificación y otro tipo de profesionales, como los denominados (especialistas en pedagogía terapéutica). La presencia de orientadores en la educación infantil y la educación primaria está menos desarrollada.

Según la Revista Mexicana de Orientación Educativa, la orientación educativa persigue esencialmente orientar a los individuos en cualquier etapa de su vida en los procesos de:

1.     Autoconocimiento y reconstrucción de la propia personalidad.
2.     Integración personal a los grupos de relación.
3.     Organización personal de actitud hacia el aprendizaje.
4.     Resolución de problemas y proyecto de vida.
PRINCIPIOS DE APOYOS DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA.

Rodríguez Espinar 1986, una nueva imagen del orientador tiene que irrumpir en el contexto educativo. Una imagen proactiva que tome en consideración el contexto, que atienda a la prevención y al desarrollo y que su radio de acción traspase las paredes del recinto escolar.

     Se señala tres principios básicos de la orientación:

ü  Principio de desarrollo.

La orientación es un proceso continuo dirigido al desarrollo integral de la persona. Entendemos por desarrollo el desarrollo humano en sentido amplio, el cual incluye tanto la vertiente de desarrollo personal como social, siendo una parte importante del mismo el desarrollo de la carrera (orientación profesional). Bajo este principio, la orientación se sitúa en una perspectiva claramente educativa, es decir, como proceso de enseñanza-aprendizaje, como proceso que educa a los participantes. De esta forma, el orientador/a como educador debe estar sujeto a las mismas bases psicopedagógicas que sustentan los enfoques evolutivos:

a.     Proporcionando al sujeto las competencias y habilidades necesarias para afrontar su desarrollo en las distintas etapas evolutivas por las que pasa. Orientación para el desarrollo vital.

b.     Entendiendo el desarrollo cognitivo, afectivo y social como producto de la intervención educativa. Orientación como facilitadora de aprendizajes significativos y funcionales.



ü  Principio de intervención social.

El enfoque ecológico y la perspectiva comunitaria de la orientación educativa resaltan la importancia de incidir en el contexto social donde el alumnado se desenvuelve. Bajo este principio, el orientador debe actuar con la participación del orientando para tratar de eliminar los obstáculos y desarrollar condiciones y oportunidades más favorables en su ambiente. Lo que puede suponer:

a.     Modificar aspectos concretos del marco educativo y del contexto social.
b.     Concienciar al orientando sobre la existencia de factores ambientales que obstaculizan el logro de sus objetivos personales.

c.     Admitir la existencia de una discrepancia entre los objetivos personales del orientando y los de la institución educativa o los de la sociedad, promoviendo que, frente a la mera adaptación, deban contemplarse aquellos esfuerzos necesarios para cambiar o superar determinadas características del entorno.

El principio de intervención social le confiere a la orientación educativa la condición de ser un verdadero programa social cuyo objetivo no es otro que el mejorar la calidad de vida de la comunidad educativa en su conjunto, de ahí su innegable y por otra parte ambiciosa vocación de proyección social más allá del marco estrictamente escolar del centro.

El Plan de Orientación y Acción Tutorial constituye uno de los instrumentos básicos para mejorar la calidad de la oferta educativa que se desarrolla en el centro y, como toda actividad intencional debe estar sujeta a planificación y evaluación. Sólo de esta forma podrá garantizarse tanto su permanente ajuste a las necesidades del centro como su contraste y mejora progresiva. Para que esto sea posible, la planificación orientadora debe estar centrada en las necesidades detectadas en la comunidad educativa y que constituyen el primer punto de referencia para abordar la orientación y la acción tutorial en el centro.

Una planificación centrada en necesidades debe ser una planificación abierta y flexible, capaz de adaptarse en cada momento a los intereses y problemas detectados, pero que contenga, a su vez, todos los elementos que doten de coherencia y continuidad a la labor orientadora a lo largo del tiempo, sin caer en espontaneísmos, arbitrariedades o continuos cambios de criterios. De este modo, y de acuerdo con Bautista, R. y otros, la planificación que tenemos que realizar habrá de ser realista, posible, participativa, interdisciplinar y evaluable.

ü  Principios generales de Atención a la Diversidad
   
 Favorecedora de la integración escolar y la inclusión social. Las actuaciones están dirigidas a atender al conjunto del alumnado deben tener como referente esencial la necesaria normalización de las diferencias dentro del contexto del aula y del centro, el respeto a las mismas, y énfasis en la superación de los obstáculos asociados a la diversidad de todo tipo (cultural, social, ligada a factores intra e interpersonales, a necesidades educativas específicas y a la desigualdad en el acceso al conocimiento).

Todo esto exige esfuerzo en orden a la adaptación de materiales, cambios metodológicos u organizativos, etc., que implican el trabajo colaborativo y el consenso entre los diferentes profesionales de la educación. El decir que el pluralismo es enriquecedor equivale a afirmar que la existencia de una realidad plural exige adoptar medidas diferenciadoras para cubrir las diferentes necesidades y abarcar una realidad educativa que armonice, sin excluir los diferentes matices propios de la diversidad personal y cultural propia de cada aula. La atención personalizada y temprana del alumnado se convierte en la mejor medida de prevención de los problemas de aprendizaje, de inadaptación escolar y de exclusión social.
·       Inserta en la organización del centro

Uno de los criterios prioritarios que deben condicionar la organización del centro debe ser, precisamente, la respuesta a las necesidades del conjunto del alumnado. Este planteamiento requiere una flexibilidad en la propuesta de modalidades organizativas y, en consecuencia, en la distribución de los tiempos y utilización de espacios. Es el propio Centro, en el uso de su autonomía de gestión, el que partiendo de estas necesidades, decide las medidas a adoptar desde las generales ordinarias a las más extraordinarias y llegue a la elaboración de su propio Plan de Atención a la Diversidad. En todo caso, todas las medidas deben tender a la mayor normalización y, si hubiera que plantear actuaciones de carácter más específico, habrá que procurar que sean limitadas en el tiempo.

     Dentro de este entramado organizativo, es fundamental el papel asesor de los Departamentos de Orientación, Orientadores de Centro o del Equipo de Orientación de Sector, como una medida de calidad del Sistema Educativo que debe servir de apoyo tanto al Equipo Directivo como al claustro, alumnado y familias.

·       Inmersa en el currículo

La estructura y el contenido de los distintos elementos curriculares han de tener presente esta dimensión tendente a incorporar la pluralidad de todo tipo que se aprecia en el aula: Diseñando situaciones de enseñanza-aprendizaje en las que tengan cabida diversos grados de adquisición de capacidades y, en todo caso, con expectativas de logro altas.

Partiendo de las habilidades que se tienen para avanzar en el desarrollo de las capacidades, teniendo presente que los contenidos relativos a procedimientos y actitudes marcan menos diferencias que los conceptos. Es muy importante insistir en aquellos para lograr un desarrollo equilibrado de todo el alumnado.
ü  Incorporando objetivos y contenidos relacionados con la diversidad sociocultural y personal, característica del grupo concreto, lo que favorecerá la valoración de las diferencias y, en consecuencia, repercutirá en un mejor clima de aula.

ü  Coordinando la labor realizada desde los diferentes Departamentos Didácticos a fin de consensuar objetivos, criterios de evaluación.

ü  Proponiendo metodologías variadas, que faciliten la participación del conjunto del alumnado desde una perspectiva inclusora.

ü  Atendiendo a los aspectos socio afectivos dentro del grupo, además de a los cognitivos, y promoviendo el desarrollo de una autoestima saludable y el respeto a los demás.

ü  Optando por una evaluación formativa dirigida a valorar el proceso, el avance en la consecución de los objetivos, ordinarios o adaptados, y el tipo de ayuda pedagógica que requiere cada alumno o alumna.

ü  Evaluando de los procesos de enseñanza y especialmente las medidas de atención a la diversidad propuestas, con el fin de apreciar su adecuación a las intenciones perseguidas, las dificultades encontradas y las propuestas de mejora.

ü  Todo lo anterior, plasmado en el currículo tendrá como referente el Proyecto Educativo y quedará reflejado en todos los documentos institucionales del Centro.


·       Basada en la reflexión conjunta y en la colaboración entre el profesorado

Una actuación coherente respecto a la atención de la diversidad en el centro requiere un grado importante de compromiso por parte del profesorado; compromiso que, por una parte, responde a la necesaria implicación que todo docente debe tener respecto a esta cuestión, puesto que todos los grupos son diversos y plurales, y, por otra , facilita el desarrollo profesional en la medida que requiere una mayor reflexión sobre la propia práctica y una necesaria coordinación con otros compañeros, tanto del propio centro, como con agentes de apoyo externos.

La implicación del Profesorado se ve favorecida por la Formación del mismo en función de la realidad del Centro; así como la implicación la del Equipo Directivo debe ser apoyada por parte de la Administración impulsando su formación y promoviendo planes dinamizadores en los centros. Hay que destacar, en este sentido, la importancia de que cada centro cuente con un Plan de Atención a la Diversidad, que sirva de referente para los procesos de planificación organizativa y curricular, para su desarrollo y evaluación.

·       Favorecedora de la cooperación entre profesorado y familias

La cooperación entre el profesorado y las familias es un elemento muy importante para la optimización de los procesos de aprendizaje. Es necesario pues, buscar el intercambio bidireccional de información con las familias, para lograr su implicación en el proceso educativo de sus hijos y establecer pautas de actuación coherentes y complementarias que redunden en su formación integral; así como lograr su participación en la dinámica escolar en su conjunto.

Es interesante aprovechar todos los recursos que incidan en la labor mediadora familias centro: Tutores, Orientadores, Profesores Técnicos de Servicios a la comunidad, Mediadores de otras culturas. Se potenciarán iniciativas de intercambio de experiencias entre familias sobre aspectos educativos.

·       Potenciadora de la apertura del centro al entorno y del uso de las redes de recursos sociales de la comunidad

El centro educativo, inserto en un contexto, debe integrarse en la comunidad como un recurso más y, al mismo tiempo, debe conocer y aprovechar la red de profesionales (educadores de calle, especialistas en salud, mediadores culturales, etc.) e instituciones de todo tipo (asociaciones, centros de salud…) que pueden redundar en una mejor actuación educativa y, específicamente, en una atención integral a la diversidad del alumnado. A este respecto, se requiere una mayor coordinación de todos estos recursos y una mayor difusión de los mismos.

Por otra parte, se favorecerá la interrelación entre centros educativos; con el fin, no sólo de intercambiar información, sino de colaborar en proyectos conjuntos. Un mejor aprovechamiento de los recursos de la comunidad exige también una estrecha relación entre instituciones tanto de carácter municipal como autonómico.

ü  Principio de prevención

La prevención pretende reducir el índice de nuevos casos. Para ello hay que actuar en contra de las circunstancias negativas antes de que tengan oportunidad de producir efectos. En el campo educativo la prevención toma sentido al anticiparse a la aparición de circunstancias o situaciones que puedan ser un obstáculo al desarrollo de una personalidad sana e integrada, propiciando que pueda desarrollar al máximo sus potencialidades.

La propuesta Educativa Dominicana, destaca esta función como una de las especificas de los orientadores escolares o psicopedagogos y este pretende fomentar en el estudiante actitud de cooperación, participación, democracia, solidaridad y tolerancia, diseñando y utilizando estrategias para el desarrollo de un adecuado autoconcepto y una opima autoestima, previniendo así diferentes tipos de conductas desadaptadas. (1995:7)

Según el currículo dominicano se manejan tres tipos de intervención en orientación:

1.     La dirigida al tratamiento y rehabilitación.

2.     La encaminada a la identificación de población de alto riesgo por medio del diagnóstico previo y tratamiento precoz.

3.     La intervención preventiva o primaria que va dirigida a la población en su conjunto, teniendo como objetivo la máxima integración ecológica entre el sujeto y el medio ambiente.

Conyne (1983) caracteriza la prevención primaria de la siguiente manera: proactiva, se centra en poblaciones de riesgo, reduce la incidencia de una situación, eliminando circunstancias o modificando condiciones ambientales, la intervención puede ser directa o indirecta y estimula la fortaleza emocional para que la persona sepa afrontar situaciones de riesgo. (Santana: 2003: 128).

Por lo tanto este principio supone actuaciones de tipo proactivo; se trata de actuar antes de que surja el problema. La prevención, pone su énfasis en el grupo o comunidad, pretende reducir los riesgos de la totalidad de los miembros de un sistema, mejorando las condiciones existentes o previniendo posibles problemas.


4 comentarios:

  1. hola por favor podrias compartirnos la bibliografía,de antemano gracias :)

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  2. no hay datos en tu perfil ni las fuentes de consulta para lo que nos compartes. sería de gran ayuda los dos aspectos. gracias

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